Si echaste un vistazo a nuestra sección con las cosas más importantes de Lisboa y quedaste con ganas de saber más, hemos hecho una lista especial para ti, para que no te aburras ni un minuto cuando visites la capital portuguesa:
101 cosas que ver y hacer en Lisboa
- Ir a la Antiga Confeitaria de Belém y comerse media docena de Pastéis de Belém. Advertencia: si es verano pueden encontrar una larga fila (que se mueve rápido) ya que se venden más de 20.000 de éstos ¡diariamente!
- Después de probar los pasteles de nata, ir a los locales que están en la acera contraria y probar los menos conocidos Pastéis de Cerveja. Una receta casi tan antigua como la de los de Belém.
- Ir de bicis (¡son gratis!) en primavera/verano desde Cascais hasta la Praia do Guincho.
- Ir a las tertulias de Fado los sábados y domingos por la tarde en Tasca do Jaime. Uno de los mejores lugares donde escuchar fado en Lisboa. Acompañar con puro sabor tradicional y local de Portugal: con pan, quesos y vinos, además de excelente música.
- Probar la Sachertorte del café vienés Kaffehaus, en Chiado. Sus dueños, de origen austríaco, no demoraron en desafiar a la pastelería local, y vaya que han tenido éxito.
- No dejar pasar la oportunidad de devorar un delicioso helado de fruta de la Heladería Santini. Estos helados deberían ser Patrimonio de la Humanidad. También puedes visitar la original Santini Cascais.
- Comer un brunch de domingo en alguno de estos lugares: LeMoustache, el autobús cafetería de Village Underground, el vecino de la catedral Pois Café o uno aun más especial en el Palacete Chafariz d'el Rei.
- Visitar la Feira Da Ladra y comprar algún recuerdo vintage por menos de 5€ regateándole a los vendedores.
- Conoce el Borboletário del Museo Nacional de História Natural. Un invernadero/criadero de mariposas abierto al público, situado en el Jardín Botánico de Lisboa en la dirección Rua da Escola Politécnica 56. El billete cuesta 2€ y cierra lunes y feriados.
- Camina a orillas del río Tajo por el nuevo paseo a los pies de la Plaza del Comercio. Sentarse a contemplar las olas suaves y hacer peoplewatching también es común aquí.
- Disfrutar el dolce far niente viendo el infinito desde el Castelo de São Jorge.
- Tomarse una foto al lado del Fernando Pessoa en bronce que está al frente del Café A Brasileira.
- Conocer la arquitectura manuelina en el Monasterio de los jerónimos. Declarado como Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
- Comerse una Tosta Mista en A Bela Bar un sábado a las 3am. Más que «mistas», son casi «místicas».
- Ir al la zona de Cais do Sodré al final del día y festejar en la noche lisboeta hasta que el cuerpo aguante.
- Tratar de comer por menos de 7€ en Casa Da India. Nosotros lo hemos logrado!
- Dejar el mapa en el hotel y aventurarse por Alfama, uno de los pocos barrios que sobrevivió al devastador terremoto de Lisboa de 1.755. Perderse en sus callejuelas arabescas es lo que llamamos vivir Lisboa de verdad.
- Ir al Mesa de Frades a escuchar Fados. Normalmente, los cantantes, tanto profesionales como amateurs que cantan a lo largo y ancho de la ciudad se reúnen aquí los viernes y sábados a partir de las 12, o 1 am para compartir con el público presente un par de músicas de sus repertorios. Ves lo mejor del fado lisboeta al costo de una cerveza (normalmente menos de 3 euros).
- Ir con el ordenador a trabajar o ponerte al día con tus amigos en un café del barrio Príncipe Real. Este barrio de Lisboa está cada vez mejor, y han abierto muchos locales agradables.
- Deleitarse con el «bife à príncipe» del restaurante Príncipe de Calhariz: el plato es GRANDE y trae patatas fritas -o asadas, como prefieras-, arroz, huevo, ensalada y grandes bistecks de carne en el fondo del plato. Cuesta alrededor de 17 euros y recomendamos sea pedido entre 2 personas.
- Ver un clásico de fútbol portugués: Benfica vs. F.C Porto en la pantalla de cine del Café Imperio.
- Montarse en el teleférico del Parque Das Nações.
- Si el dinero no es un problema, te recomendamos ir a alguno de los restaurantes de autor de Lisboa: Belcanto, Feitoria, Bistro 100 Maneiras.
- Hacer todo el recorrido del tranvía 28. Prefiere las horas más tranquilas: temprano en la mañana, entre la 1pm y las 3pm y por la noche.
- Visita el Mercado da Ribeira, en Cais do Sodré. Time Out tomó las riendas de este abandonado mercado y ahora es un espacio interesante con comida portuguesa e iternacional, ideal para ir de tapas.
- Tómate un día entero para llegar a Setúbal, subirte al ferry que te atraviesa por el río hasta la preciosa playa de la Península de Tróia, no te vas a arrepentir.
- Júntate a un grupo de amantes de las olas y toma clases de surf en Costa De Caparica. A pocos minutos del centro de Lisboa. Equipo, instructor, clase de dos horas y transporte incluido. Reserva aquí.
- Compartir una comida en familia en la Pizzeria Casanova. Si te sientas dentro puedes llamar para que te atiendan prendiendo un bombillo que tienes sobre la mesa. Si te sientas fuera, probablemente tengas que esperar más a que te atiendan, pero la vista vale la pena. ADVERTENCIA: viernes, sábados, domingos y feriados son días ocupados en el sitio, el tiempo de espera puede llegar a 30 minutos.
- Visitar el Oceanário (Acuario) de Lisboa, un lugar con más de 8.000 especies marinas viviendo en perfecta armonía. Críos y adultos lo disfrutan por igual.
- Ir al Museo Calouste Gulbenkian, y disfrutar de una variada colección de obras que recorre la historia desde el 2.000 Antes de Cristo hasta nuestros días; después contemplar sus hermosos jardines, antes o después de la visita al museo.
- Subir al Elevador de Santa Justa, que fue diseñado por uno de los estudiantes de Eiffel (sí, el mismo de la Torre Eiffel, en París) y disfrutar de la vista sobre el centro de Lisboa.
- Reservar una mesa especial e ir con tu pareja a oír fados y comer deliciosamente en el Casa de Linhares / Bacalhau de Molho.
- Subir a la terraza del Panteón Nacional de Lisboa un día soleado y disfrutar una de las mejores vistas de Lisboa. Además, aquí también puedes dejarle flores a la más reconocida fadista de todos los tiempos: Amália Rodrigues.
- Sentarte en una de las terrazas de la Praça do Comércio. Puedes comer, tomarte unas cervezas, un vino verde o comerte un helado mientras miras la tarde caer.
- Visitar el museo de ciencias para familias Pavilhão do Conhecimento. Recomendado en nuestra guía Lisboa con niños.
- Ver la rosa de los vientos desde las alturas del Padrão dos descobrimentos o como se llama en español Monumentos a los descubrimientos.
- Visitar los restos romanos, árabes y medievales del Claustro de la Catedral de Lisboa, mejor conocida como Catedral Da Sé.
- Conocer de cerca la imagen del Cristo Redentor de Lisboa. Una réplica 20 centímetros más pequeña que la que está en Río de Janeiro. Puedes hacer el paseo en barco y bici con este tour.
- Entrar al Museo Del Diseño y La Moda (MUDE) y ver las piezas de algunas de las personalidades del diseño que allí se encuentran (como Philippe Starck, Arne Jacobsen o piezas de ropa diseñadas por Yves Saint Laurent o Jean Paul Gaultier). Además: ES GRATIS.
- Viajar 500 años en el tiempo entrando en la Torre de Belém, una de las torres desde donde se cuidaba la entrada fluvial a la ciudad.
- Entrar al Pavilhão Chinês –un bar que más parece un museo kitsch- y pide la carta de cocteles: goza con las ilustraciones de la misma.
- Si Duchamp, Warhol, Picasso, Dali, Magritte o Pollock son apellidos que te parecen conocidos, entonces no dejes de ir al Museo de Arte Contemporáneo Berardo.
- Perder el tiempo. Siéntate a contemplar la ciudad desde alguno de los miradores de Lisboa.
- Acercarse a la discoteca LUX, uno de los lugares de marcha más conocidos de Lisboa, una disco que no sólo es famosa por sus amplios espacios y su excelente selección musical, sino porque uno de sus dueños es el actor hollywoodense John Malkovich.
- Esta joya no la visitan algunos turistas turistas, y es una de nuestras favoritas: el Convento Do Carmo. Ruinas exquisitas de una iglesia gótica que dejó el gran terremoto, y una colección de arqueología que incluye momias peruanas.
- Ir al Bairro Alto un viernes de pago a las 00.30 e intentar no perder a tus amigos en la multitud en medio de una pequeña borrachera.
- Consigue las conservas más lindas en la calle «Rua dos Bacalhoeiros» en la Conserveira de Lisboa. Te costará decidir cuál lata te gusta más. Las empacan para regalo y son un excelente souvenir de la ciudad.
- Hacer algo ZEN y comer en el jardín externo del restaurante vegetariano TERRA. Aquí ha comido el Dalai Lama en sus últimas visitas a Lisboa.
- Ir al Festival de Cine Independiente Indie Lisboa, que se hace todos los años en la ciudad y es uno de los más interesantes. (Abril y mayo).
- Quedar con alguien en Chiado, luego ir a sentarse en el quiosco de la plaza Luiz de Camões con un moscatel con hielo, un vino verde o una ginjinha.
- Ir al Museo del Fado, y tras sentarse en la plaza que está justo al frente a tomarse unas cañitas, entrar a conocer la pasión portuguesa por éste género musical.
- Si no te interesa ver la colección de astrolabios más grandes del mundo y modelos navales a escala, entonces no querrás ir al Museo de la Marina.
- Ver la vista del Puente 25 de Abril y el Cristo Rey desde el barrio de Belém.
- Visitar la Quinta da Regaleira en Sintra. Recomendamos hacer el recorrido con el guía, es un poco más caro pero bien vale la pena. Se trata de un «jardín iniciático» organizado conscientemente para «dar lugar a diversos símbolos religiosos que van desde la cábala a la orden templaria, del cristianismo a la metafísica». Realmente ALUCINANTE!
- Ya que visitas Sintra, piérdete por un rato en su bosque, con paisajes mágicos. Los días con niebla son los más fotogénicos.
- Ir al Festival Internacional del Chocolate que se hace anualmente en Óbidos y comer chocolate hasta que nos salga por las orejas. (julio)
- Tomar una cerveza portuguesa Super Bock o Sagres viendo el Puente 25 de Abril y el Río Tejo desde alguno de los restaurantes de las Docas.
- Comerse un lomillo en el Restaurante Café Buenos Aires escuchando un tango y admirando un atardecer lisboeta.
- Si Calatrava y Alvaro Siza Vieira son nombres que se te hacen conocidos, quiere decir que te gusta la arquitectura. Por ese motivo, no dejes de visitar el Parque de las Naciones (Parque das Nações) y disfruta del deleite visual de la estructura de la Estación de Oriente.
- Hacer windsurf en una de las playas más perfectas para este deporte de toda Europa: O Guincho.
- Comerse una hamburguesa en alguno de los cafés en el paseo frente a la playa en la Costa da Caparica.
- Darse un baño en el Océano Atlántico en las costas de Cascais, la «St Tropez portuguesa» cuando el agua llegue a su punto máximo en verano: 18 grados.
- Visitar la Praça del Castillo de San Jorge, que a solo meses de abrir en el año 2.010 recibió su primer premio internacional de arquitectura. El premio se lo lleva por la armonía arquitectónica que logró para preservar lo que es conocido como «el primer sitio habitado de Lisboa, datando de la Edad del Hierro; además de otros vestigios de la ocupación musulmana y un palacio del arzobispado durante el Siglo XV».
- Ir al Jardim Zoológico de Lisboa. Aunque está un poco alejado del centro y es un poco caro, pensamos que bien merece la pena. Este sitio tiene «desde delfines, pasando por tigres, chimpancés y jirafas; también tiene un jardín botánico, cafés y parques para los niños.
- Atención que esto sólo sucede una vez al año y únicamente por tres días (al menos por ahora): Entrar en las Galerías Romanas Subterráneas de Lisboa en la zona de Baixa. Generalmente se abre hacia finales de Septiembre y las filas para entrar son larguísimas. Así que paciencia y determinación, porque el viaje subterráneo es una pasada. Especialmente disfrutable si ya has estado en Roma.
- Visitar el Jardim Da Estrela en cualquier momento del año. Durante el verano hay conciertos, pero todos los primeros fines de semana de cada mes hay un pequeño mercado callejero que te invita a ver artesanía y diseño.
- Entrar, aunque sea sólo para ver, a la Casa Do Alentejo, «un palacete moro del siglo XVII donde se nota la influencia de la cultura árabe en nuestro país. Destellos de Marruecos en el zaguán, con sus mosaicos en el piso, y los arcos de herradura ornamentados con pequeños detalles sostienen la arquitectura del sitio.» Si se quiere probar algo, recomendamos el chorizo con un vino tinto!
- Caminar por la Avenida Da Liberdade desde Rossio hasta Marquês de Pombal y admirar las tiendas de diseñadores que se encuentran a lo largo de ésta concurrida avenida.
- Ir de tapas al WineBar do Castelo y catar algunos de los vinos portugueses más prestigiosos, a la par del menú del día o sus especialidades para acompañar el vino. Está Junto al Castillo de San Jorge.
- Comer pescados y mariscos del otro lado del río, en el Restaurante Ponto Final (Almada). Toma el ferry en Cais do Sodré hasta Cacilhas. Preciosa vista de Lisboa y el atardecer desde aquí.
- En la parte baja del Mirador São Pedro de Alcântara, se abrió un kiosco que vende perritos calientes. Cómete uno, descansa en un banco de la plaza, y sigue tu camino.
- Hacer el tour «Lisboa a Pie«, que por una módica suma, hace un excelente recorrido por la ciudad, y sus lugares de interés más interesantes.
- Visitar uno de los museo más visitado de Portugal: el Museo de los Carruajes o como se llama en portugués: Museu dos Coches. De amplio interés en la península ibérica: «de la colección se destaca el ejemplar raro de vehículo de viaje de Felipe II ( III de España) construido en España entre los siglos XVI y XVII, una de las carrozas más antiguas que se conoce.»
- Visitar el Museo del Azulejo, un riquísimo museo que narra la historia de Lisboa a través de los azulejos, una parte esencial de la arquitectura y la decoración portuguesa.
- Comer Bacalao. Se dice que el bacalao en Portugal se puede preparar de 365 maneras diferentes, una para cada día del año. Lo cierto es que, sin importa la preparación, no hay otro pueblo en el mundo que consuma tanto bacalo como el portugués. Por eso, sin importar cuándo ni cómo, este es una condición sine qua non al visitar Lisboa. De todas formas, recomendamos ver nuestro listado de restaurantes y elegir el dónde.
- Ir al Parque Florestal Monsanto, el pulmón vegetal de la ciudad, hacer un picnic y jugar -fútbol, ajedrez, o cualquier otra cosa!-. También hay paredes de escaladas, parques para niños, mucha vegetación y toda la flora y fauna local.
- Ir al Mercado Biológico de Príncipe Real, una de las primeras iniciativas orgánicas de la ciudad y que se realiza en la plaza principal de ése barrio, muy cerca de Bairro Alto, todos los sábados a tempranas horas de la mañana.
- Ir a la Confeitaria Nacional, lugar donde se creó el bolo rei, y uno de los cafés más interesantes de la ciudad. Está junto a la Praça da Figueira, a pocos pasos de la plaza de Rossio.
- Venir a las Fiestas de Santo Antonio. Durante casi dos semanas se celebran éstas fiestas en el barrio de Alfama, uno de los más castizos de la ciudad. También se realiza un casamiento masivo. Se comen muchísima Sardinas que son asadas a la brasa, se come la sopa «Caldo Verde», y mucho vino tinto en diferentes esquinas del barrio, donde se disfruta de un ambiente muy festivo y animado hasta altas horas de… bah, qué digo: ¡hasta el día siguiente! Se celebra todos los 13 de Junio y la ciudad se paraliza para venir a disfrutar de una de las fiestas más divertidas del año. Se organizan también unas marchas populares con música que se pueden acompañar por todo el centro de la ciudad.
- Comerse una picanha. Aunque es de origen brasilero, ya forma parte de la cultura local. Se trata de un plato de carne con un corte muy particular, básicamente el corte REY del churrasco. Puedes comerla en Picanha – Janelas Verdes, aunque la mayoría de los restaurantes tradicionales portugueses lo tienen en sus menúes.
- Comer en A Travessa, uno de los restaurantes más curiosos de la ciudad. Ubicado en los predios de un Convento del Siglo XVII, fundado por un belga en 1978 y con años de experiencia preparando su delicioso plato de Puerco Rostizado, o su elogiado postre: una torta de aceite de oliva con leche condensada, higos verdes, y piñones y almendras tostadas.
- Dar un paseo por el Rio Tejo en velero. Disfruta del atardecer sobre Lisboa con una copa de champán en la mano. Por menos de lo que piensas: Reservar Paseo por el río en Lisboa.
- Recibir el año en la Praça Do Comércio. Hay pocas cosas más lisboetas que éstas. Reunirse junto a un montón de portugueses, ver bandas portuguesas y disfrutar del show de luces a orillas del Rio Tajo, es una de las mejores opciones para quien pretende pasar la nochevieja en esta ciudad.
- Hospedarse en alguno de los hermosos hoteles de diseño que tiene Lisboa. Si quieren realmente especial, busquen el Altis Belém.
- Conocer cada uno de los locales de la calle «Rua Dos Remédios» en Alfama. En los últimos años se convirtió en una de las calles más populares de la ciudad, combinando la falta de pretensión portuguesa con las influencias de otras ciudades europeas.
- Comprarse un sombrero en «A Loja Dos Chapéus«, un sitio ubicado en Bairro Alto donde, por un precio justo se pueden comprar desde boinas hasta sombreros para fiestas. Un excelente lugar para hacer un autoregalo de la visita a Lisboa.
- Por menos de 20€, reserva una cena de tres platos en el Hard Rock Café Lisboa.
- Ir al Largo Das Portas Do Sol, en Alfama, y ver la tarde caer y los tranvías pasar desde las terrazas ubicadas aquí. Mapa aquí.
- Ir al Miradouro Sophia de Mello Breyner Andresen y admirar la ciudad mientras escuchas las campanas de la iglesia sonar. Mapa aquí.
- Ir al Parque de las Naciones, alquilar una bici y pedalear hacia el Puente Vasco Da Gama. Por allí hay amplios espacios verdes, parques para niños y vistas despejadas junto al río.
- Observa Lisboa a vista de pájaro con este recorrido sobre Lisboa en Helicóptero. Definitivamente la idea más aventurera de esta lista.
- Visitar el «Cacau Da Ribeira» en Cais Do Sodré y tomar un chocolate caliente a altas horas de la noche. También sirven croquetas y otras comidas rápidas para quienes salen de los clubes por la madrugada.
- Pasar por LX Factory, y visitar algunas de sus tiendas, compañías, librerías o galerías. Se trata de un lugar que reúne lo mejor del área creativa de Lisboa: desde diseñadores, pasando por arquitectos y cineastas. LX Factory es un edificio que temporalmente funciona como hogar de docenas de firmas creativas y que, mientras espera los permisos para la demolición y reconstrucción del área, se convirtió en esta suerte de Lisboa súper moderna post industrial. Una mini ciudad muy divertida y curiosa que visitar.
- Toma una clase de Stand-Up Paddleboard en la costa de Cascais.
- Tomarse una ginjinha en Rossio. Licor de guinda muy popular en Lisboa. Mapa del lugar más popular.
- Ir en un caluroso día de verano a la heladería Fragoleto en la Baixa y pedir un sorbete especial, como el de limón con albahaca: pocas cosas son más refrescantes que éste helado.
- Alojarse unos días en Alfama. Pensamos que, siendo un barrio tan tradicional y particular, no debe haber otra forma de experimentar y «sentir» mejor Lisboa que «viviendo» unos días en éste barrio. El reto es hablar con las personas que atienden en los comercios cercanos, comprar frutas en los pequeños abastos cercanos, salir en la noche a los bares y compartir con los dueños de la zona, y deambular por las calles del barrio durante el día. Alojarse en un apartamento en Alfama es una idea bastante original y de poderse hacer, debe hacerse!
- Visitar el Museo del cine (Cinemateca de Lisboa) y ver cualquier película que estén pasando. Por menos de 3 euros, es lo máximo que podrías hacer, además de admirar el precioso espacio.
- Tomarse una «amarguinha com limão» en Bicaense, un local en la misma calle del Elevador Da Bica.
- Tomarte una foto en la Plaza del Comercio con el Arco de la Rua Augusta de fondo. Clásico.
- ¡COMENTAR! Desde tu rincón favorito de Lisboa, cuéntanos lo que más te gustó. Y recomienda este listado a todos los turistas, amigos y familiares que visiten la ciudad. Y si es posible, colaborar con otras ideas para escribir más pronto que tarde la lista de 1.001 cosas que hacer y ver en Lisboa =) Gracias.